11 años después de Rana Plaza, las fábricas están más seguras pero las violaciones a los derechos laborales persisten

Foto: El año pasado, se colocaron coronas de flores en el sitio de
Rana Plaza para conmemorar el décimo aniversario (NGWF).

Foto: Manifestantes en Bangladesh exigiendo un salario digno (BRGWF).

En el onceavo aniversario de la tragedia de Rana Plaza, extendemos nuestra solidaridad con los y las sobrevivientes y las familias de los miles de trabajadoras(es) de la industria de la confección que se murieron o se lesionaron en esta tragedia devastadora.

Durante más de una década antes del colapso, las trabajadoras(es), los sindicatos y las organizaciones nacionales e internacionales de derechos laborales habían estado expresando preocupaciones sobre la seguridad estructural y contra incendios de los edificios en el país y habían desarrollado un acuerdo legalmente vinculante para que las marcas y los sindicatos firmaran con el fin de hacer las fábricas más seguras. Sin embargo, se necesitó esta tragedia altamente prevenible para finalmente reunir a un grupo de grandes marcas para firmar el Acuerdo sobre Seguridad contra Incendios y de Edificios en Bangladesh y para que un número creciente de marcas se adhiriera a sus acuerdos sucesores, incluyendo el Acuerdo Internacional para la Salud y la Seguridad en la Industria Textil y de la Confección, y el recién inaugurado Acuerdo de Pakistán.

Estos importantes acuerdos han logrado mejoras significativas en las condiciones de seguridad de edificios y de protección contra incendios en cerca de 2,000 fábricas. Se ha instalado equipo de protección contra incendios, las cerraduras de las salidas de emergencia se han quitado, se ha actualizado el cableado eléctrico, los edificios con debilidades estructurales se han sometido a renovaciones a gran escala y trabajadoras(es) han recibido capacitaciones sobre salud, seguridad y cómo acceder al mecanismo de quejas del Acuerdo.

A pesar de las mejoras arriba mencionadas, cuyo propósito es salvar vidas, grandes marcas y tiendas, como Canadian Tire, Levi’s, IKEA, Amazon y otras, se han rehusado a unirse a las más de 200 marcas que hasta la fecha han firmado el Acuerdo Internacional.

Salarios de pobreza

Mientras tanto y hasta hoy, las trabajadoras(es) de Bangladesh continúan recibiendo salarios extremadamente bajos que son insuficientes para cubrir sus necesidades más básicas. Los aumentos al salario mínimo en 2013, 2018 y en noviembre de 2023 han sido insuficientes para cubrir los costos de vida. Durante los intervalos de cinco años entre cada proceso altamente antidemocrático de revisión salarial, la inflación ha hecho que sea cada vez más difícil llevar alimento a la mesa. El aumento del año pasado a 12, 500 BDT (US$113) es poco más de la mitad de lo que pedían los sindicatos, basándose en los cálculos del costo de vida y constituye una mera fracción de un salario digno.

Los sindicatos y las organizaciones de derechos laborales se pusieron en contacto con las principales marcas que se abastecen en Bangladesh para pedirles que apoyaran la demanda de las trabajadoras(es) de un aumento adecuado en el salario mínimo. Sin embargo, las declaraciones enviadas por las marcas individuales, las asociaciones del sector y las iniciativas multipartitas no incluían compromisos de aumentar los precios que pagan a los proveedores bangladeshíes para hacer posible el pago de un salario digno.

Represión, criminalización y arrestos injustificados

En noviembre de 2023, surgieron protestas generalizadas que siguieron hasta el inicio del siguiente año en las que las trabajadoras(es) expresaron su descontento ante el anuncio del gobierno confirmando un aumento inadecuado al salario mínimo. El gobierno contestó a las protestas con una represión violenta, lo que ocasionó cuatro muertes y muchas lesiones.  Dueños de las fábricas iniciaron por lo menos 35 procesos judiciales en contra de líderes sindicales y trabajadoras(es) que habían tomado las calles. Estas personas tuvieron que permanecer en la cárcel por más de dos meses, en prisiones sobresaturadas y en condiciones poco sanitarias.

A las marcas internacionales que se abastecen de estas fábricas, se les ha solicitado a que pidan que los dueños de estas fábricas retiren los cargos. Aunque esta presión funcionó en varios casos, aproximadamente dos docenas de demandas siguen activas. Marcas como H&M, Inditex (Zara), Next y C&A deberían esforzarse más para que sus proveedores retiren esas demandas criminales infundamentadas.

De acuerdo con Rashadul Alam Raju, Secretario General de la Federación Independiente de Sindicatos de la Confección de Bangladesh (BIGUF): "las denuncias judiciales sin fundamentos contra trabajadores en general sin incluir nombres específicos infunden miedo entre los trabajadores y organizadores, porque cualquiera podría ser identificado como culpable del supuesto delito en el caso. Varios organizadores sindicales, entre ellos de mi sindicato, han pasado tiempo en la cárcel por un presunto delito que ocurrió mientras se encontraban en el extremo opuesto de la ciudad."

Dichas acciones legales siguen teniendo un efecto paralizador en la organización laboral de Bangladesh. A pesar de algunas mejoras iniciales en los años después del colapso de Rana Plaza, sigue siendo excesivamente difícil registrar un sindicato en Bangladesh, y la violencia y el acoso en contra de los organizadores sindicales es común.  En junio del 2023, el organizador sindical Shahidul Islam, de la Federación de Trabajadores Industriales y de la Confección de Bangladesh (BGIWF), fue golpeado a muerte tras haberse retirado de las negociaciones de salarios con la fábrica Prince Jacquard Sweater Limited. Este año dos organizadores de la Federación de Trabajadores de la Confección Akota (AGWF) fueron atacados y terminaron hospitalizados después de salir de una fábrica en la que intentaron organizar a las trabajadoras(es).

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