El 11 de diciembre de 2018, seis destacados líderes sindicales camboyanos fueron hallados culpables de instigar protestas violentas en diciembre de 2013 y enero de 2014 siendo sentenciados a pagar una multa colectiva de aproximadamente US$8,600. La sentencia se da justo después de que el primer ministro de Camboya Hun Sen, bajo una intensa presión internacional, urgiera públicamente a los ministerios de trabajo y justicia a finalizar con todos los casos judiciales contra dirigentes sindicales, una medida originalmente alabada por los líderes sindicales.