Marcas y manufactureras en la industria de la confección de Sri Lanka se enriquecen mientras sus trabajadoras(es) luchan contra la pandemia

Pie de foto: Trabajadoras(es) de la confección de Sri Lanka protestando por el pago íntegro de los salarios y bonos y el respeto de los derechos sindicales durante la semana de acción #PayYourWorkers, marzo de 2021 - FTZ & GSEU.

El 24 de marzo, siete sindicatos y organizaciones de derechos laborales internacionales, incluida la RSM, publicaron un informe de 18 páginas sobre la situación de la industria de la confección de Sri Lanka durante la pandemia. El informe describe cómo las marcas de ropa, las tiendas minoristas y las manufactureras han seguido obteniendo enormes ganancias mientras reducían los costos en detrimento de la salud, la seguridad del empleo y los ingresos de las trabajadoras(es).

El informe Pandemia COVID-19: Una excusa para restringir los derechos de las trabajadoras(es) de la confección de Sri Lanka insta a las marcas y a los empleadores del sector de la confección de Sri Lanka a entablar un diálogo nacional con los sindicatos para garantizar la protección de los derechos, los salarios y la salud de las trabajadoras(es).

El informe describe los devastadores efectos que la pandemia de Covid-19 ha tenido en las 300.000 trabajadoras(es) de la confección de Sri Lanka, quienes en su mayoría son mujeres. Estos efectos incluyen el incumplimiento continuado por parte de los empleadores de pagar los bonos y de hacerlo en el momento oportuno, la amenaza de cierre inminente de varias grandes manufactureras que emplean a más de 4.500 trabajadoras(es), la ausencia de libertad sindical y del derecho a la negociación colectiva, los ataques antisindicales contra las trabajadoras(es) y varios brotes masivos de Covid-19 que han provocado nuevas oleadas de infección en el país en general. Se destaca el brote en la fábrica Brandix en octubre de 2020, con el resultado de más de 2.000 trabajadoras(es) infectadas y una propagación exponencial de la infección por toda la región del suroeste del país.

Las manufactureras de ropa han agravado aún más esta crisis al no cumplir los acuerdos tripartitos para abordar la crisis y al negarse a incluir la representación de las trabajadoras(es) en su respuesta a la pandemia de Covid-19.

Según Anton Marcus, secretario conjunto del sindicato FTZ GSEU de Sri Lanka, "durante la pandemia, los empleadores han utilizado diversas tácticas para expulsar a las empleadas(os), a menudo sin pagar las indemnizaciones que les corresponden por ley, y argumentando que no pueden pagar los salarios completos ni los bonos, a pesar de ser grandes empresas. Las marcas y los proveedores deben responsabilizarse de las trabajadoras(es) de su cadena de suministro. En Sri Lanka, esto debería empezar con un diálogo nacional entre la asociación de fabricantes JAAF y los sindicatos, una invitación que hemos hecho muchas veces, pero que la JAAF ha ignorado hasta ahora."

El informe concluye con una serie de recomendaciones a las marcas y las tiendas minoristas que se abastecen en Sri Lanka para que se aseguren de que sus proveedores paguen a sus trabajadoras(es) la totalidad de sus salarios y otras prestaciones, incluidos los bonos anuales, y para que promueva una reunión entre la JAAF, la asociación de manufactureras de ropa, y el FTZ&GSEU, el sindicato con mayor presencia en la industria de la confección de Sri Lanka. El objetivo de la reunión sería desarrollar un enfoque bipartito de los graves problemas que afronta la industria de la confección de Sri Lanka.

Aunque Sri Lanka es un actor relativamente pequeño en el sector internacional de la confección, el país es un proveedor clave de grandes marcas como Next, con sede en el Reino Unido, PVH (Calvin Klein) y Nike, y está dominado por tres grandes empresas manufactureras, Brandix, Hirdaramani y MAS Holdings, cada una de las cuales cuenta con más de una docena de fábricas que emplean a decenas de miles de trabajadoras(es) y producen prendas para marcas mundiales como Gap, Lululemon, Ralph Lauren, Victoria's Secret, Marks & Spencer, Levi's y otras.

La situación en Sri Lanka es un ejemplo más de la falta general de responsabilidad en la cadena de suministro del sector de la confección durante la pandemia. En lugar supervisar las condiciones de trabajo en sus cadenas de suministro durante esta crisis, las marcas y las tiendas minoristas han recurrido a la cancelación de pedidos y al retraso de los pagos. En lugar de animar a sus proveedores a defender los derechos de las trabajadoras(es), las marcas y las tiendas minoristas han ignorado a las manufactureras y han dado la espalda a las trabajadoras(es) que confeccionan su ropa. 

El informe Pandemia de COVID-19: Un pretexto para hacer retroceder los derechos de las trabajadoras(es) de la confección de Sri Lanka está disponible aquí (en inglés).