Sindicatos centroamericanos hacen un llamado a las marcas para proteger los derechos de las trabajadoras(es) de la pandemia

El 16 de septiembre, la Coordinadora Regional de Sindicatos de la Maquila Textil Centroamericana (CRSMT), lanzó la campaña Luchamos juntos por recuperación de salarios, salud y trabajo.

La CRSMT, que incluye a federaciones sindicales de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, hace un llamamiento a las ocho principales fabricantes y marcas de ropa que operan en la región o que se abastecen en ella para entablar un diálogo a fin de lograr acuerdos para mejorar la protección de la salud, los ingresos y los derechos de las trabajadoras(es) de la industria textil y de la confección durante la pandemia y a largo plazo.

El 14 de octubre, la CRSMT envió cartas a adidas, Nike, Under Armour, Fruit of The Loom, Delta Apparel, Gildan Activewear, Hanesbrands y Tegra, en las que se describen las cinco demandas claves de la campaña:

  • La recuperación de ingresos perdidos en la pandemia del COVID-19;
  • La creación de un fondo especial para futuras emergencias, que incluiría una garantía de seis meses de salario para trabajadoras(es) despedidas o suspendidas;
  • La protección de la salud de las trabajadoras(es) y la designación de COVID-19 como enfermedad profesional;
  • Garantizar el respeto a la libertad sindical; y
  • La creación de un mecanismo permanente de diálogo entre sindicatos, fabricantes y marcas.

Gildan, Hanesbrands, Fruit of the Loom, Delta Apparel y Tegra son los principales empleadores directos de las trabajadoras(es) de la confección en la región.

Para generar apoyo del público y atraer la atención de las empresas hacia la campaña, los sindicatos miembros de la CRSMT han organizado manifestaciones frente a las fábricas de prendas de vestir en sus respectivos países, han organizado seminarios virtuales y han difundido ampliamente su mensaje en las redes sociales.

Los impactos de la pandemia en las aproximadamente 320.000 trabajadoras(es) de la industria de la confección y el calzado de la región han sido devastadores. Los cierres impuestos por el Gobierno en El Salvador y Honduras en abril y mayo y la reducción o cancelación total de los pedidos de las principales marcas de la región desde abril dieron lugar a la suspensión temporal de más de 200.000 trabajadoras(es) y al despido permanente de otras 30.000 aproximadamente. Según la CRSMT, muchas fábricas han tenido que cerrar sus puertas permanentemente, y algunas están tambaleándose al borde del cierre.

La gran mayoría de las trabajadoras(es) de la industria de la confección de los cuatro países sufrió una drástica pérdida de ingresos durante el período de la pandemia. Dos países, Honduras y Guatemala, proporcionaron cierto apoyo financiero de emergencia durante los cierres a través de programas gubernamentales. Sin embargo, en ambos países la cantidad estaba muy por debajo del salario mínimo legal. En El Salvador, muchas trabajadoras(es) no recibieron ningún salario durante el cierre. Aunque no hubo ninguna orden gubernamental de cerrar fábricas en Nicaragua, la CRSMT informa de que aproximadamente 5.700 trabajadoras(es) nicaragüenses fueron despedidas, mientras que otras 27.000 trabajadoras(es) fueron suspendidas temporalmente sólo en marzo y abril debido a cancelaciones de órdenes o a la falta de materias primas disponibles. No hay estadísticas fiables para Guatemala.

En las fábricas que siguieron funcionando o que han vuelto a funcionar plenamente desde entonces, las trabajadoras(es) plantean regularmente serias preocupaciones por el incumplimiento de los protocolos de salud y seguridad de COVID por parte de sus empleadores. También informan de casos de discriminación contra miembros de sindicatos, mujeres embarazadas y trabajadoras(es) con enfermedades crónicas tanto para la reincorporación al trabajo como para el pago de salarios mientras están suspendidas. Se han documentado varios casos de despidos de miembros de sindicatos.

En medio de la crisis sanitaria, la región fue golpeada por dos huracanes consecutivos: ETA, el 3 de noviembre, e Iota, poco menos de dos semanas después. Ambas tormentas arrasaron Nicaragua, Guatemala y Honduras en trayectorias casi idénticas, desplazando a cientos de miles de personas y causando más de 160 muertes. En la región maquiladora de Honduras, la tormenta destruyó casas y posesiones de las trabajadoras(es) de la maquila e inundó fábricas de ropa y textiles.

Además de recuperar los salarios perdidos y garantizar las medidas de salud y seguridad en las fábricas para proteger a las trabajadoras(es), la CRSMT pide a las marcas que contribuyan a un fondo regional que garantice a las trabajadoras(es) seis meses de salario en caso de que se produzca otra "crisis," que podría incluir desastres como la devastación causada por los dos recientes huracanes.    

La RSM se une a otras organizaciones de derechos laborales en apoyo del llamamiento del CRSMT al diálogo y a la acción concreta. Cada una de las demandas esbozadas en la propuesta de la CRSMT a las marcas es coherente con las que está planteando a nivel mundial la red de la Campaña Ropa Limpia. Hasta la fecha no ha habido una respuesta seria de ninguna de las marcas contactadas.